Ideas para el trabajo literario

El trabajo del escritor o de aquellos que gozamos con sentarnos a escribir y explayar nuestras ideas y sentimientos en una hoja, preferentemente en blanco, tiene sus pros y sus contras. ¿No les pasa que a veces sueñan con convertirse en futbolista o trapecista con tal de no ver más hojas y más hojas, letras y signos que no saben como remendar? Pues sí, supongo que no existe un sólo escritor que no haya odiado alguna vez su trabajo, pero ese odio que surge del desconcierto, de la impotencia, del deseo profundo de conquistar algo y la incapacidad de hacerlo. Ese odio que te hace quedarte horas en la cama porque crees que nunca terminarás ese relato, esa novela o lo que sea que estés escribiendo, que viene para asegurarte que tus personajes se han confabulado e intentan llevarte a la ruina…

Si estás pasando por esto lo fundamental es que no desesperes y, si lo deseas, lee este artículo para ver si la inspiración vuelve y puedes sentirte nuevamente a gusto contigo mismo y con esta vocación que no has escogido pero que seguro es una de las cosas más maravillosas te han pasado en la vida.

Síndrome de la hoja en blanco

Muchos autores han hablado acerca del síndrome de la página en blanco, ese vacío que te rodea e impide que consigas hacer aquello que más amas en este mundo, escribir. Algunos plantean la necesidad de no quedarse quietos, de trabajar aunque sea en algo en lo que no estamos del todo convencidos. Según pude leer en un artículo que salió en Suite101.net, el escritor Gunnar Swanson definía este problema como una parálisis psicológica y decía que era necesario pese a ella, hacer algo, bueno o malo. Escribir y luego analizar para saber por qué es malo y qué se puede hacer para convertir ese algo malo en bueno, o muy bueno.

Escribir cuando estamos desinspirados

Cierto es que para escribir, contar con la inspiración como aliada es un factor bastante imprescindible, sin embargo con ella no basta, pues el trabajo literario requiere de mucha constancia y de rebuscar en medio del desierto por un oasis que le dé sentido a nuestra obra. Por eso, podemos decir que si somos voluntariosos y trabajamos duramente podremos continuar escribiendo aún cuando la inspiración se haya ido.

Existen diferentes maneras de encarar el trabajo literario. Algunos autores son metódicos y trabajan incansablemente una determinada cantidad de horas diarias, en el mismo despacho, con las mismas hojas, realizando las mismas acciones; otros, menos aferrados a la rutina diaria, prefieren escribir sin presiones, cuando realmente lo desean, cuando se sienten inspirados, cuando creen que ha llegado el momento; algunos de ellos ni siquiera utilizan siempre el mismo material de trabajo, por ejemplo tanto escriben sobre el PC como sobre un cuaderno de hojas cuadriculadas.

Ideas útiles para empezar a escribir

Algunos te aconsejarán ante tu página en blanco que te inclines por el «brainstorming individual», volcando en una hoja todo cuanto te viene a la mente, sin pensar demasiado, tan sólo escribiendo lo que te viene a la mente. Debes tener en cuenta que todo lo que escribas puede ser que termines tirándolo, o que tan sólo haya algo que te sirva para el futuro escrito; sin embargo este tipo de metodologías pueden ayudar a que las ideas fluyan con rapidez hasta que sale lo que está en el fondo de tu mente y necesita ser expresado.

Otros te recomendarán en cambio que te tranquilices, que intentes pensar en otra cosa y que lentamente las ideas volverán a surgir en tu mente y podrás continuar con el trabajo. Ambos consejos pueden ser útiles o erróneos, depende de cómo seas tu y de qué cosas te ayuden a recuperar el hilo de tu trabajo.

Una buena técnica antes de sentarse a escribir es relajarse unos minutos y dejar fluir los pensamientos, tranquilamente, para conseguir un estilo de relajación que permita que concentrarnos sea más sencillo y que abordemos el tema del que deseamos escribir con certeza, al evitar pensamientos o sensaciones que no tengan que ver con él. A veces sirve también trabajar con listas de objetivos, para ir completando aquellas cosas que hacen a nuestra obra por parte, hasta conseguir concluir todo lo que deseábamos comunicar.

Escribir desde la vida

Lo fundamental a la hora de sentarse a escribir algo nuevo es pensar en la vida, en aquello que nos rodea para conseguir brindar la mayor veracidad posible al relato. Se trata de partir de aquello que nos es conocido para expresar nuestro mundo interno, nuestro universo mágico. Ir de lo cotidiano a lo extravagante, cuanto mejor hagamos este trabajo posiblemente mejores escritores seremos.

Algunos escritores escriben desde la excitación y la alegría, otros lo hacemos desde la tristeza o la incertidumbre, lo importante es que cuando estamos en medio de esa sensación que despierta en nosotros el deseo de escribir, no la dejemos pasar por alto. Debemos ahondar en nuestro mundo y encontrar razones para escribir, devanar nuestros sentimientos y conseguir transformarlos en material imprescindible en nuestro trabajo.

Sucumbir ante el síndrome de la hoja en blanco es lo peor que podemos hacer, debemos quedarnos tranquilos y buscar el modo de salir de esa situación, pensando que la mayoría de los escritores ha pasado por esa sensación y han sabido sobreponerse a ella, muchos de ellos escribiendo la mejor obra de toda su vida.

Comentarios3

  • bero luna

    Si es muy cierto a veces es muy importante que extendamos conección con la fuente de nuestra inspiración para dejar éste síndrome.

  • jureme

    ambas sugerencias tienen valides,y creo que cuando la inspiración se adormece hay que darle un golpesito con la constancia para que siga su curso

  • Elsy Alpire Vaca

    Interesanta publicación, aunque cada cual sabe su estilo y sus preferencia, pero siempre es valioso leer algo parecido. Gracias.



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