Cuentos de Jerusalén

Hijo de un rabino, Shmuel Yosef Agnón nació en Buczacz en 1888. Pese a no recibir educación formal, ya desde niño se sintió atraído por las letras. Su padre lo instruyó en el aggadah y su madre, en literatura alemana. Tal vez por esa influencia a los ocho años comenzó a escribir en yiddish y hebreo; siete años más tarde, publicaría su primer poema.

Cuentos de JerusalénPodría decirse que Agnón llegó a lo más alto que puede aspirar un escritor israelí: ganó en dos oportunidades el Premio Bialik y en, 1966, incluso obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Estas distinciones fueron el reconocimiento a una extraordinaria carrera que tuvo uno de sus momentos más altos con «Cuentos de Jerusalén», un libro publicado en 1959.

Dicen los especialistas que la obra de Agnón (cuyo apellido real era Czaczkes) es muy difícil de traducir, al estar escrita en hebreo clásico. Este autor solía narrar leyendas judías e incluir relatos acerca de la decadencia de las comunidades judías de Galitzia hasta el comienzo de la I Guerra Mundial. Agnón escribió, incluso, sobre los primeros colonos judíos que se asentaron en Palestina.

En su cuento «Ido y Einam», presenta la historia de un erudito a quien le revelan noventa y nueve palabras de un idioma desconocido. El texto se relaciona con la leyenda del Golem, también aludida por Jorge Luis Borges, acerca de un hombre creado mediante palabras sagradas por un cabalista.

«El Pan Entero», por otra parte, recuerda a Franz Kafka, tal como menciona SoloLiteratura.com. Aquí un hombre hambriento se ve postergado una y otra vez.

En «El Toldo», aparece la historia de un país castigado por la sequía, con tierras improductivas y ríos secos. Como si fuera poco, sufre el ataque de sus enemigos y las peleas internas.

Retomando lo publicado en SoloLiteratura.com, hay que reconocer a Agnón como un importante divulgador de las tradiciones del pueblo judío. Por eso, la memoria de Israel vive en sus cuentos.



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