Aspectos importantes de la métrica

La métrica es uno de los conceptos que primero se aprenden al acercarse a la poesía. En este artículo intentaré reunir algunos conceptos que pueden resultar útiles para aquellos que deseen conocer más acerca de la métrica.

Clasificación de los versos por sus sílabas

Un poema se forma de un conjunto de estrofas que a su vez se encuentran formadas de versos; éstos, por su parte, tienen una determinada duración, cuentan con pausas especialmente escogidas por el poeta y, en los casos rigurosamente correctos, responden a una cantidad de sílabas y una rima específica.

De acuerdo a la cantidad de sílabas con las que se hallen compuestos, los versos pueden ser de arte menor (aquellos que se encuentran compuestos por dos u ocho sílabas), de arte mayor (los compuestos por nueve o más sílabas), simples (versos de doce sílabas) y compuestos (de doce o más sílabas).

A su vez, dentro de estas calificaciones existen otras denominaciones más específicas, estas son:
*Bisíalabos: están formados por dos sílabas;
*Trísilabos: los que tiene tres sílabas;
*Tetrasílabos: formados por cuatro sílabas;
*Pentasílabos: los que tienen cinco sílabas;
*Hexasílabos: compuestos por seis sílabas;
*Heptasílabos: formados por siete sílabas;
*Octosílabos: formados por ocho sílabas. Es el tipo de extensión más conocido entre los de arte menor y el más primitivo en lengua castellana;
*Eneasíalabos: se forman por nueve sílabas;
*Decasílabos: formados por diez sílabas. Muy utilizados en los sonetos;
*Endecasílabos: de once sílabas. Es el más importante dentro de los versos de arte mayor. Habitualmente se encuentra dividido en dos partes a través de un acento en la sexta sílaba, el cual permite establecer tres calificaciones diversas: verso enfático (el acento se encuentra en la primera, en la sexta y en la décima sílaba), verso melódico (la acentuación se presenta en la tercera, en la sexta y en la décima sílaba), verso sáfico (las sílabas acentuadas son la cuarta, la octava y la décima o en algunos casos, la cuarta, la sexta y la décima), verso de gaita gallega (acentos en la primera, la cuarta y la séptima) o verso heroico (las sílabas acentuadas son la segunda, la sexta y la décima);
*Dodecasílabos: se componen de doce sílabas;
*Tridecasílabos: se encuentran formados por trece sílabas;
*Tetradecasílabos o Alejandrinos: se forman de catorce sílabas. Se dividen también en hemistiquios, los cuales suelen contar con una medida de siete sílabas cada uno (7+7) o, en algunos casos, de ocho y seis (8+6).

Hemistiquios y cesura

En realidad existen versos aún más extensos, sin embargo los citados son los más comunes. Excepcionalmente aparecen los Pentadecasílabos (de quince sílabas), Hexadecasílabos (de dieciséis) y los Octodecasílabos (de dieciocho).

Cabe mencionar que algunos versos como el dodecasílabo o el verso alejandrino se encuentra, se caracterizan del resto, por poder dividirse en dos partes llamadas hemistiquios. Los mismos pueden estar formados por la misma cantidad de sílabas y a veces, diversas. La pausa que se crea entre ambos hemistiquios se conoce como cesura; cuando el primer hemistiquio es agudo, deberá formarse con una sílaba más, mientras que si es esdrújulo, deberá faltarle una sílaba.

Cabe recordar que existen otros recursos que pueden ayudar a la conformación de los versos, tales como Aféresis, Síncopa, Apócope, Prótesis, Epéntesis y Paragoge… podrás encontrar más sobre estos recursos en este artículo.

¿Cómo medir los versos?

Sin embargo, antes de intentar llevar a la práctica estos consejos, deberíamos saber de qué forma debemos medir los versos, es decir cómo hacer para comprender cuántas sílabas tiene el verso.

Muy bien. Antes que nada, debe tenerse en cuenta que cuando el verso acaba en una palabra aguda (que se acentúa en la última sílaba) deben contarse las diferentes sílabas y contar una más para obtener el total. En caso de que concluya en una palabra esdrújula (que se acentúa en la antepenúltima sílaba) debe contarse una de menos.

¿Sabes por qué? Pues porque las vocales tónicas cuando se encuentran al final de la palabra producen el efecto fonético de alargamiento, como si te exigieran que las mantuvieras un tiempo más, mientras que las esdrújulas te llevan a apagar la sílaba intertónica.

No basta, de todas formas con tener en cuenta estas cuestiones, sino que además hay que tener presente otras irregularidades que pueden afectar el cálculo. Aquí presentamos algunas.

Si en el verso hay dos vocales que se encuentran ubicadas una al final de una palabra y la otra al principio de la siguiente, se cuentan como una sola. Este fenómeno se conoce como sinalefa suele encontrarse constantemente en el habla coloquial por lo que no es difícil de comprender y de poner en práctica.

Ocurre que a veces dos vocales que se encuentran unidas no se pronuncian como una sola. Este recurso se llama hiato y si bien no es tan común como la sinalefa, puede resultar muy útil a la hora de componer poesía.

Cuando en una palabra hay dos vocales unidas, deben contarse como una. Este fenómeno se conoce como sinéresis y un ejemplo del mismo puede ser: «Muele pan, molino muele /trenza, veleta, poesía» se presenta en la palabra poesía que en vez de contar como un término de cuatro sílabas: po-e-sí-a, se cuenta como uno de tres: poe-sí-a.

Así como existe un fenómeno opuesto a la sinalefa, también hay uno contrario a la sinéresis y se llama diéresis; este recurso se forma al separar el diptongo de aquellas vocales que deberían ir unidas y contarse en una sola sílaba y por ende, forman dos sílabas diferentes. Por ejemplo en el verso de Fray Luis de León: «Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo» en la palabra ruido existe el hiato que la divide en dos sílabas (rui-do), sin embargo el poeta hace uso de la diéresis para separarlo (ru-ï-do).

Prestar especial atención a la expresividad

Otro aspecto imprescindible a la hora de establecer la métrica en un poema es la rima; sin embargo, hablaré sobre ella en un texto próximo. De momento, tan sólo diremos que ella es la encargada de marcar las pausas, la acentuación y la musicalidad del poema, por lo que sin ella podría decirse que no existe poesía.

Espero que estos conceptos les sean útiles y les prometo que volveré pronto que mucho más sobre métrica de la poesía. Sin embargo, antes de terminar quiero recordarles la importancia de dejarse llevar por los latidos de sus corazones a la hora de escribir, pues lo peor para la poesía sería carecer de alma. Es más, es preferible contar con una versificación desprolija pero profunda y emotiva, que regirse absolutamente por las reglas y olvidarse de volcar el alma sobre cada palabra del poema.

Mi consejo es que a la hora de escribir recordemos que las herramientas han sido creadas para que nos ayuden, no para que hagan de nuestras palabras algo estructurado o técnico. Pueden leer también este artículo, en el que tocamos este tema.

Para terminar les dejo un poema de César Vallejo en la preciosa voz de Jason Day; espero que les guste.

Comentarios5

  • Yasser Berney

    Gracias por la información importante y valiosa que compartes
    ¡A TENER EN CUENTA!

    No es escribir por escribir ya que todo no es poesía ¡MUY BIEN!

  • Pedro Aros Castro

    Interesante e instructivo artículo, gracias por compartir, me gustó mucho la recomendación final, y hay que partir por ahí; después se puede aplicar las reglas para dar armonía y musicalidad al poema.

    saludos

  • isapoema

    Mi enhorabuena, un artículo que para mí es muy importante, sobre todo tenerlo aquí.

  • esthelarez

    muy bien, muy bien Tes.
    Interesantísimo.
    Gracias!
    😉

  • Alexander Cambero

    Excelente



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.