Stéphane Mallarmé

El poeta y crítico francés Stéphane Mallarmé nació en París el 18 de marzo de 1842 y fue bautizado por su familia con el nombre de Etienne.

De pequeño, el autor sufrió la pérdida de su madre, un episodio que tuvo lugar en 1849 y que obligó a sus abuelos a hacerse cargo de él. Ellos fueron quienes criaron a este intelectual que cursó el bachillerato en Sens.

En 1862, con el objetivo de formarse como profesor de inglés, Mallarmé se mudó a Londres y convivió allí con Maria Gerhard, una joven de origen alemán que había conocido tiempo antes. La pareja se casó en agosto de 1863 y, en septiembre, este hombre que había quedado excluido del servicio militar fue nombrado jefe de estudios en el Instituto de Tournon.

Los años siguientes fueron para él de gran productividad a nivel profesional ya que no sólo consiguió que la revista «Parnasse Contemporain» publicara varios poemas de su autoría sino que también fue contratado como profesor en Besançon y aceptado en el liceo de Aviñón, donde tuvo oportunidad de conocer al movimiento cultural denominado Félibrige. Por ese entonces, Mallarmé intercambió correspondencia con figuras como Paul Verlaine, Théodore Aubanel, Joseph Roumanille y Frédéric Mistral.

En 1867, se establece en París para trabajar en el liceo Fontanes y aprovecha la ocasión para inaugurar allí una tertulia que pronto adquirió relevancia y se transformó en el eje de la vida intelectual de la capital francesa.

«Herodías», «Preludio a la siesta de un fauno», «Los dioses antiguos», «Divagaciones» y «Una tirada de dados jamás abolirá el azar» son algunas de las obras que forman parte de su apreciada producción literaria.

Stéphane Mallarmé, a quien muchos expertos señalan como uno de los pioneros del decadentismo francés, falleció el 9 de septiembre de 1898 pero el espíritu de este poeta, uno de los escritores más sobresalientes del siglo XIX, aún se mantiene vivo en su interesante y valioso legado.



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