Juan Rafael Allende

El 24 de octubre de 1848, en la ciudad de Santiago, nació el escritor, actor, director teatral y periodista chileno Juan Rafael Allende Astorga. Este hombre polifacético quedó en la historia no sólo con su nombre real, sino también a través de los distintos pseudónimos que utilizó a lo largo de su vida (como El Diablo Azul o El Pequén).

Juan Rafael AllendeDurante su infancia y adolescencia, Allende vivió varios hechos traumáticos. Su familia, por ejemplo, sufrió los saqueos que ocurrieron en el marco de la revolución de 1851. Doce años después, el escritor pudo escapar milagrosamente del terrible incendio que consumió la Iglesia de la Compañía de Jesús en Santiago, que causó más de 2.000 víctimas fatales.

Desde su juventud, Allende mostró su compromiso con diversas causas políticas y sociales. Se encargó de escribir artículos de propaganda nacionalista durante la Guerra del Pacífico, estuvo entre los fundadores del Partido Demócrata y tomó partido por el gobierno de José Manuel Balmaceda en la Guerra Civil de 1891, pese a que antes había estado entre los opositores al presidente.

La caída de Balmaceda lo llevó a prisión y luego, al exilio. Así Allende vivió en Argentina, Colombia, Ecuador y Perú antes de volver a Chile en 1892. Su ideología y su postura política, de todas maneras, lo mandarían nuevamente a la cárcel dos años después.

En cuanto a su tarea cultural, Allende se inició en el periodismo en 1869 y, con el tiempo, fundó varias publicaciones satíricas. Su labor literaria, por otra parte, se tradujo en la publicación de novelas, relatos y poemarios como “Memorias de un perro escritas por su propia pata”, “Poesías del Pequén”, “Cuentos colorados” y “Cosas de los vivos contadas por los muertos”, entre otros. Allende también fue un importante autor, actor y director de teatro, creando obras como “El que dirán”, “La República de Jauja”, “El Cabo Ponce” y “El cuento del tío”.

El fallecimiento de Juan Rafael Allende se produjo el 20 de julio de 1909, cuando tenía 60 años de edad y ya había logrado ingresar en la historia de la literatura chilena, pese al olvido de sus contemporáneos que él mismo denunció antes de morir.



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