El escritor boliviano Juan de Recacoechea Sáenz partió de este mundo el 26 de enero de 2017 después de varios días de estar hospitalizado en La Paz a raíz de una infección pulmonar, tal como en su momento señalamos en Poemas del Alma. Desde aquel día, los libros que publicó y sus aportes artísticos se transformaron en su pasaporte a la inmortalidad, ya que el legado de este hombre que nació el 11 de agosto de 1935 no morirá jamás y permitirá recordar siempre su figura.
Según se advierte al repasar sus vivencias, el creador de obras como “American Visa”, “Altiplano Express”, “Abeja reina”, “París no era una fiesta”, “Toda una noche la sangre”, “La Mala Sombra” y “La biblia copta” tuvo oportunidad de viajar mucho a lo largo de su vida e instruirse en numerosas naciones. El bachillerato, por ejemplo, lo cursó en su tierra natal, más tarde en suelo español y finalmente en territorio peruano, consiguiendo la graduación en la ciudad de Lima. Después, se mudó a Francia y estudió Periodismo y temáticas vinculadas al universo televisivo en París. Gracias a una beca, por ese entonces sumó experiencia en la televisión gala como asistente de dirección.
Entre 1958 y 1968, De Recacoechea trabajó y enriqueció su historia de vida en Inglaterra, España, Suecia, Austria y Holanda, donde conoció gente y amplió sus conocimientos.
Ya de nuevo en su patria, Juan impulsó la creación de la cadena Televisión Boliviana, desempeñándose en ella como gerente general y jefe de producción. Fue su actividad como escritor, sin embargo, el rol que le proporcionó una enorme popularidad tanto dentro como fuera de su país gracias a las múltiples traducciones que se hicieron de sus libros, los reconocimientos obtenidos por ellos (como el Premio Erich Guttentag de Novela) y las adaptaciones de algunos de sus relatos al séptimo arte.
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