El título de este artículo adelanta el nombre del escritor protagonista de esta nota. Es el mismo que, en una publicación de hace tiempo, Tes Nehuén presentó como “una de las grandes figuras de la poesía cubana del siglo XX”. De querer saber o recordar aspectos interesantes de la vida y obra de Gastón Baquero, no dejen de prestar atención a los párrafos siguientes.
Este hombre, que eligió formarse en Agronomía pero dedicó su tiempo al mundo de las letras, nació en la localidad cubana de Banes el 4 de mayo de 1914.
Además de publicar libros, Baquero fue colaborador de medios como “Verbum” y “Espuela de plata”, sumó experiencia como jefe de redacción en el periódico conocido como “Diario de la Marina” y se involucró en cuestiones relacionadas al ámbito de la política.
En la década del ’40, su talento para la escritura se vio reflejado en obras como “Poemas”, “Saúl sobre su espada” y “Ensayos”, editadas en un primer momento en La Habana. Con el paso de los años, su producción se ampliaría por medio de propuestas como “Poemas escritos en España”, “Memorial de un testigo”, “Darío, Cernuda y otros temas poéticos”, “De San Salvador a Ayacucho” e “Indios, blancos y negros en el caldero de América”, entre muchas otras.
Instalado en suelo madrileño tras exiliarse, Baquero aportó textos a “Mundo Hispánico” y trabajó en entidades como la Facultad de Periodismo y el Instituto de Cultura Hispánica.
Gastón Baquero, quien fue agasajado en su momento en la Universidad de Alcalá de Henares y objeto de una semana de homenajes por parte de la Universidad Pontificia de Salamanca, falleció el 15 de mayo de 1997 en el Hospital La Paz de la capital española, víctima de un infarto cerebral desencadenado días antes. Este grave cuadro le impidió al autor hacerse presente en la ceremonia organizada en su honor por el Círculo de Bellas Artes, la Radio Nacional de España y la Residencia de Estudiantes.
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