Ágota Kristóf

En su paso por este mundo, Ágota Kristóf tuvo una vida intensa en la cual hubo momentos para recomenzar y otros para disfrutar de lo cosechado, en especial en el campo profesional.

Para aquellos que recuerdan sólo el nombre de esta mujer o que recién se interesan por conocer su historia, contaremos que Kristóf fue una escritora húngara que enriqueció al universo literario con propuestas como «El gran cuaderno», «La prueba», «La tercera mentira» y «La analfabeta: un relato autobiográfico».

Su nacimiento se produjo en la ciudad de Csikvánd el 30 de octubre de 1935. Ya con su familia formada (se casó joven con un profesor de Historia y fue madre hacia 1956), la autora se instaló con ellos en la localidad suiza de Neuchâtel para escapar de las consecuencias de la Revolución húngara.

Los primeros años lejos de su tierra natal los pasó como empleada de una fábrica, pero poco después decidió torcer su destino de manera radical: no sólo renunció a su empleo sino que también le puso punto final a su relación con su hasta entonces marido. A partir de entonces, repartió su tiempo entre la crianza de su hija, sus estudios de francés y sus experimentos literarios enmarcados en los géneros de la poesía y la novela, además de probar suerte como autora teatral.

Ya convertida en una escritora de renombre internacional gracias a la excelente repercusión que tuvieron sus primeras obras, Kristóf tuvo la satisfacción de ver gran parte de su producción traducida a más de una treintena de lenguas y su figura realzada con diversos galardones.

La vida de quien fuera merecedora del Premio Europeo de Literatura Francesa, el Premio Gottfried Keller y el Premio del Estado de Austria de Literatura Europea llegó a su fin el 27 de julio de 2011 en suelo suizo.



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