Blanca Luz Pulido

Poemas de Blanca Luz Pulido

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Blanca Luz Pulido:

Sueño en fuga


Soñé que me soñabas,
que tu voz como estela de naufragios
amanecía en mi aliento.

Que era mío el silencio
de cada madrugada cómplice
en tus párpados cerrados,
el secreto
que rindes a tu almohada,
el pensamiento
que traicionas en mis brazos.

De ese sueño sin fin
ya no despiertes:
que el alba nos encuentre suspendidos,
sin voz, sin figura, sin recuerdos,
habitantes
de un sueño en fuga
hacia su propia muerte.

A filo de la luz


A filo de la luz
siempre hacia adentro
debajo del torrente subterráneo
en el espejo cedido por la claridad
fundirse con los sueños
abandonar el día
y en el último latido
viajar perderlo todo
dejar hasta la sombra
mirar las playas sumergidas
las rocas certezas inauditas
a la orilla del mar que nos espera
y volver
con minerales tesoros en las manos
la mirada presa en los prodigios
a iluminar el aire del deseo
en la mañana abierta y nueva.

Paisaje


Acariciando lenta su reposo,
la mirada se abre en el paisaje
creado por la suma de los tonos
que se miran y no se reconocen.

Recoge el espesor de cada nube
y la frágil sombra
levemente instalada por su paso.

Serena y suspendida,
la luz va convocando lo que toca.

Las piedras incontadas
los árboles sin dueño
la tierra desnuda y sin noticia
de su nombre y los días
que recorren el paisaje
infinito, invisible, imaginario.

Inhabitado y sin voz
desaparece cuando se lo olvida
y todos sus tonos se entregan a la noche.

Musica


En cuál de mis acordes
he de empezar la fragua de tu nombre,
del canto que apenas comenzado
se olvida de su origen y sorprende
su propio ser en las evoluciones
de una pasión en perfectas notaciones.

Cómo he de ser testigo de tu paso
si apareces apenas en el aire
tu milagro tenaz y sucesivo
y al darte toda al fin desapareces
perdiéndote en el tiempo que te vierte.

Líquida y feliz entre mis manos
escapas del sueño en que naciste,
fluyes continua y leve hacia la forma
inalterable y fugaz de la memoria.

Presagio


Nada en el mundo te alcanza todavía:
son tus labios de sombra,
y tu voz un fantasma.

Has surgido a la luz para mis ojos,
y te aumenta mi sangre,
y te encumbran mis venas.

Ya sin saberlo te acercas a tu forma,
y encenderás la llama
en la incesante noche que te espera.

Y sin saberlo escribirás tu nombre,
tu no nacido nombre, entre mis labios.

Noche


La noche inmemorial, pródiga noche
de los pactos oscuros, innombrables,
de las siniestras, ocultas voluntades
que a la mención del día empalidecen;
la noche feraz, la noche cómplice
que despliega su sombra como un manto
sigiloso y ambiguo, torva noche
agazapada en las márgenes del día
anticipando su reino silencioso:
pero la noche débil, turbia espera,
aire que corre en el país de nadie,
tierra del eco, junta de fantasmas:
cántaro negro que en la luz se rompe.