Ya es otro día el rocío...

André Cruchaga

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1
Ya es otro día el rocío
Que sangra en el vientre;
La creación es una fascinación de alas
Que invento cada veinticuatro horas;
Buceo con un pedernal inagotable,
Hasta que un collar de mariposas verdes,
Se posa en los pilares de mi casa
Para animar la hermosa fantasía del alba
Que viene ardiendo en los párpados del sol.


2
El alma sangra cuando salen las palabras:
Surge un mundo solamente imaginado.
Aquí estoy en permanente fuga,
Y en fuga también las palabras.
Sabido es que el viento lame los tejados
Y se desliza como tobogán por el iris de las tejas.


3
Dejad que los muertos abran ese surco infinito
Y bajen gorjeantes a la emboscada de la tierra:
Su mirada y su risa y sus grietas;
Que los muertos vivan su muerte
Y tejan en su piel ciega, las sílabas.
Dejad que los muertos iluminen la tierra
Y erijan campanas de cenizas
Desde ese misterio de criptas y cornisas.
Dejad que sus labios de témpano
Humedezcan las raíces de la tierra.
Dejad, dejadme en este gran silencio
Haciendo de los párpados una ráfaga de espejos


4
El mar chorrea su espuma en mis sienes
Como si se tratara de beberla
A través de la memoria.
Una gaviota -tenaz e infinita-
Vuela entre campanas y palmeras.
¡Ah, esta manera impregnante y osada
de dormir en la playa inventando sirenas
para luego huir como Ulises!


5
Una música larga llega a mis oídos
Cuando subo esta empinada travesía;
Parecciera que el Universo rompió su cauce,
Y que los árboles
Afinan su clorofila en la esperanza.

¡Ah, esta vehemencia por el campo!

¡Ah, este río de sendal infinito
que llameante, tiembla,
en el espejo de mi propia infancia!


6
“Mas allá de la línea, donde avanza
la oscuridad, brilla el oculto fuego”.
La búsqueda perenne, el ansia,
La actitud del corazón
Queriendo adivinar el vuelo del pájaro.
La oscuridad baila en sus cenizas
Junto a la densa fatiga de la ceniza.


7
¿Hacia dónde van mis ojos
-que andan todo el día-
deshechos en antojos?


8
Ando descalzo
Cuando en fuego
Febril me alzo.


9
Beso tu sombra -tu remanso-
Para llenarme de espesura
Mientras amanece y despierto.


10
Pienso en el río que serpentea
Como el pájaro en pleno vuelo:
Tú eres ese río diáfano y suelto
Donde nadan mis pupilas.

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